¿Por qué las oficinas abiertas no nos hacen más productivos?
(Aunque sean la tendencia de estos días)
Es una cuestión de ruido, de distracciones y de (falta de) espacio personal. La ciencia lleva años demostrando que las oficinas abiertas no son la mejor solución.
Facebook –que tiene la oficina abierta más grande del mundo– brinda monitores de 27 pulgadas en cada escritorio y auriculares con cancelación de ruido ¿Porqué? Para ayudar a los empleados a bloquear las distracciones visuales y auditivas. Cuestión de productividad.
Mathew Davis, Desmond Leach y Chris Clegg, profesores de la Universidad de Leeds, analizaron hace ya una década si los empleados de las oficinas abiertas se sentían o no más integrados en la empresa y si eran o no más productivos. En su estudio encontraron que sí, que «Las oficinas abiertas conseguían que los empleados se sintieran parte de un entorno más innovador y colaborativo», pero también con que «eran perjudiciales para la productividad del empleado, su período de atención, satisfacción y pensamiento creativo, ya que generan más interrupciones, potencian el estrés y reducen el nivel de concentración».
Gary Evans y Dana Johnson, psicólogos ambientales de la Universidad de Cornell fueron un paso más allá. En un popular estudio concluyeron que «concretamente, el ruido de bajo nivel en las oficinas de estilo abierto da lugar a niveles más altos de estrés y una menor motivación de la tarea«.
Su investigación sugiere que, incluso las oficinas abiertas moderadamente ruidosas, podrían contribuir significativamente a problemas de salud como enfermedades cardíacas (debido a niveles elevados de epinefrina, una hormona del estrés) y problemas musculoesqueléticos.
¿Qué es exactamente lo que analizaron?
Evans y Johnson asignaron de forma aleatoria a 40 trabajadores con experiencia, con una edad media de 37 años, a una oficina silenciosa y luego a una con ruido de baja intensidad durante períodos de tres horas.
Los investigadores se encontraron con que los trabajadores en la oficina ruidosa «experimentaron niveles significativamente más altos de estrés (medidos con epinefrina urinaria), hicieron un 40% menos de intentos de resolver un rompecabezas y únicamente hicieron la mitad de ajustes ergonómicos en sus estaciones de trabajo que los trabajadores en oficinas silenciosas».
«En términos prácticos, nuestros hallazgos son potencialmente importantes, porque si la motivación de los trabajadores es menor con el ruido de la oficina abierta, podrían adoptarse otras opciones de diseño. Por ejemplo, cuando se requiere concentración, los trabajadores pueden usar un entorno cerrado y silencioso» apuntó Evans.
Interrupciones
Gente caminando, hablando, haciendo llamadas. Está claro que las interrupciones en la oficina abierta suceden todo el tiempo ¿Hasta qué punto afectan al desempeño en el puesto de trabajo? Un estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology asegura que sufrir una interrupción aunque sólo sea de 2,8 segundos provoca el doble de errores en la tarea que se está realizando. Una interrupción de 4,4 segundos provoca, según apunta esta misma investigación, el triple de errores.
¿Qué es lo que funciona entonces?
La respuesta está también en otro estudio científico que lleva tiempo sobre la mesa. Lo llevaron a cabo So Young Lee, profesor de la Universidad Yonsei, y Jay Brand, un experto en psicología cognitiva.
Tomaron como muestra a 228 empleados de cinco empresas de distintos sectores. Se encontraron con que «los participantes con niveles altos de distracción estaban menos satisfechos con su entorno laboral», pero también con que «los empleados que consideraban que tenían un control personal sobre su espacio de trabajo, ya que su empresa les daba libertad para trasladarse, aseguraron estar más satisfechos con su entorno laboral, más unidos al grupo y más satisfechos con sus empleos».
Lee y Brand concluyeron que la clave no está «en tener oficinas abiertas o despachos, sino en cuánto control permite la empresa que tenga el empleado sobre dónde y cómo quiere trabajar y ofrecer la posibilidad de espacios abiertos, espacios cerrados, home office y otras opciones”.