Emprendiendo
Emprendedor, ¿sabes que salario ponerte?
El salario del emprendedor es una de las dudas más típicas y un elemento que puede ser más decisivo de lo que parece, en especial en negocios que se crean bajo una forma societaria, donde el salario del emprendedor constituye un gasto más para la empresa.
Tomar una decisión equivocada puede tener graves consecuencias fiscales y financieras, por eso es fundamental no usar más el corazón que la razón.
No incluir ningún sueldo a la hora de valorar la viabilidad del futuro negocio es un grave error por varios motivos:
- Si el emprendedor necesita contratar a una persona para que realice sus funciones no habrá tenido en cuenta ese gasto y por lo tanto puede obligar a subir precios o a generar más ventas.
- No tendrá una compensación por su labor, por lo que acabará renunciando a emprender para conseguir un trabajo donde pueda pagar sus gastos personales.
Para fijar un salario lo primero es ser realista y tener en cuenta que emprender un negocio es como hacer crecer un árbol. Al principio necesita muchos cuidados, pero en un futuro nos recompensará con frutos y cobijo. Así que no debemos de anteponer nuestros gastos personales a las necesidades financieras del negocio.
La fase inicial al lanzar un negocio es la más dura y crucial, como el despegue de un avión, por lo que debemos de sacrificarnos todo lo que podamos, algo que implica tener un salario mínimo que cubra nuestros gastos personales básicos. Además hay que tener en cuenta cuál sería el salario equivalente para un trabajador por cuenta ajena por las funciones que realizamos, en especial cuando hay varios socios que trabajan en la empresa, aunque hay ciertas tareas “que van con el cargo” de ser propietario de la empresa y que, por lo tanto, no son compensables vía salario.
En segundo lugar debemos de tener en cuenta el efecto de nuestro salario en la cuenta de resultados de la empresa cuando ésta tiene forma societaria, porque si ponemos un salario demasiado alto podremos incurrir en pérdidas y problemas de liquidez, mientras que si lo ponemos muy alto corremos el riesgo de pagar más impuestos al fisco. Lo más habitual siempre es establecer un salario fijo más un variable a final del año según objetivos.
Y por último ten en cuenta cómo cobrar tu salario, porque según la forma elegida puedes tener ventajas fiscales o no, lo que se traduce en un ahorro de dinero para ti. Hasta la última reforma del IRPF el cobro de dividendos estaba exento de tributación hasta los 1.500 euros, lo cual permitía cobrar una parte del salario de emprendedor sin coste fiscal en la Renta. Ten en cuenta que para que haya dividendos deben de existir beneficios y esto implica haber liquidado previamente el impuesto de sociedades correspondiente. El cobro de dividendos es una buena forma de distinguir la retribución por el trabajo de la de ser socio.
En conclusión, fijar un salario implica más un análisis financiero pero sobre todo uno fiscal del futuro negocio porque es uno de los gastos deducibles que más controversias puede generar en caso de una inspección por parte de la Agencia Tributaria. Lo más recomendable es acudir a un asesor fiscal y sobre todo tener bien documentado el importe y motivos de cualquier salario vía nómina.
Fuente: www.anfix.tv