Categoría: Entrevistas

Rosalía Peralta le dedicó toda su vida a sus cuatro hijas, pero cuando crecieron y el nido quedó vacío, comenzó a buscar actividades con las cuales ocupar su tiempo. Siempre había sentido inclinación por las manualidades y la decoración, pero la enfermedad de su hija y la inspiración que ella le brindó la hicieron crear AliHeri Decoración, especializada en repujado de aluminio en diferentes piezas.

«Siempre me han gustado las manualidades, había hecho tejidos, muñecos de peluche, forros con motivos de Navidad, pero fue con mi hija que comencé a trabajar el aluminio», cuenta Rosalía. La mayor de sus hijas luchó una dura batalla contra la leucemia, y cuando le realizaron el transplante de médula, su madre trataba de pasar el mayor tiempo con ella, «cuando iba a visitarla nos aburríamos y salíamos a pasear, en uno de esos paseos descubrimos una tienda donde enseñaban a hacer repujado en aluminio. De ahí en adelante nos íbamos todas las tardes a aprender «, recuerda.

Trabajaban duro, veían videos y tutoriales, cuando llegaron a producir muchas piezas su hija le sugirió que podían comenzar a venderlas. Así comenzaron creando una página, y comercializando sus piezas. Lamentablemente, su hija partió y dejó a Rosalía llena de dolor.

Emprender como tributo a su hija

Cuando Rosalía se deprimía, se entristecía por ver sufrir a su hija, ella le levantaba el ánimo, «ponte una meta mamá, levántate, métete en la ducha y vístete, fíjate un horario como si te fueras a trabajar». Desde entonces, se ha enfocado en que su trabajo de repujado en aluminio sea un tributo a su hija, a todo lo que luchó y el ejemplo que siempre será para ella. «Ahora trabajo hasta horas extra».

Algunos emprendimientos surgen al ver una oportunidad de negocio, otros al desarrollar un producto innovador, muchos más para solucionar un problema propio. Hace 16 años, Cynthia Proaño había probado todo tipo de médicos y medicinas, remedios caseros y soluciones naturales, pero no lograba resolver el problema de salud de su hijo Mateo, una fuerte rinitis alérgica que lo mantenía congestionado y con sangrado nasal.

Ante lo crónico del problema, que se agravaba por el clima seco de su natal Quito, Cynthia y su esposo aceptaron la visita de un representante de la compañía Rainbow, con el fin de medir la contaminación. “No se imaginan todo lo que vimos, no podíamos imaginar que vivíamos en esas condiciones”, recuerda. Al entender que el foco del problema eran los ácaros y cuáles eran las mejores estrategias para combatirlos, decidieron adquirir el equipo. En apenas un fin de semana notaron una mejoría radical en la salud de su hijo que se ha prolongado hasta el día de hoy.

Entonces comenzaron a recomendarlo a todas las personas que conocían con problemas de salud similares al suyo, “como cuando recomiendas un buen médico o un buen restaurante a todos los que tú quieres, entonces todos me llamaban a agradecer”. Un mes después recibieron de nuevo la visita de la pareja de Rainbow, ya no para venderles sino para invitarlos a trabajar para esa empresa.

“A pesar de nuestra formación académica y consolidación profesional, nos atraía el hacerlo en nuestros tiempos libres y así conocer nuevas familias además de ayudarlos a mejorar su salud”, dice Cynthia. Así comenzaron a consolidarse en la empresa y luego de un par de años los enviaron a abrir mercado en Loja, una ciudad muy cerca de Perú. La siguiente pregunta, cuenta, fue ¿cuándo pasamos la frontera?

Mudarse con los dos pies

Perú era un país con mejores condiciones económicas, un alto índice de alergias y se presentaba como el reto que siempre habían querido. “No lo pensamos dos veces, tomamos a nuestros tres hijos, nuestras maletas, nuestras plantas y nos vinimos”. Desde entonces han pasado 8 años, su hijo Mateo sigue viviendo tranquilo, sin problemas de alergia.

Recuerda que al principio fue un poco duro pues, aunque se trata de países vecinos, no son iguales. Destaca del peruano su cariño y amabilidad, pero que para tener este trato se han tenido que ganar su confianza. También supuso un reto como familia, “temíamos que mudarnos a una ciudad grande como Lima nos separara, pero ocurrió todo lo contrario, nos unió más que nunca”. En todo caso, enfatiza que cuando la gente se muda, debe hacerlo con los dos pies, sin mirar atrás.

Hoy por hoy Cynthia Proaño y su esposo son los representantes de la marca Rainbow para el Perú, donde han logrado mejorar la salud de muchas familias. Para el 2018 planean nacionalizarse peruanos, “ya no tenemos nada que probar, aquí nos quedamos”.

Elaine Guerra, propietaria de Maika, incursionó en el diseño y venta de joyas hace cuatro años. Sus piezas son ensambladas a mano y de edición limitada, hechas en Plata 999 y 950, así como en plata enchapada en oro, con perlas, cristales de swaroski, piedras naturales y cuero.

Elaine es arequipeña y administradora. Dejó atrás la imponencia del Misti, como muchos de sus coterráneos, buscando más y mejores oportunidades en la convulsa Lima. Graduada en Administración con enfoque en finanzas, se desarrolló profesionalmente en el área del marketing dentro de una empresa que no sólo le dio muchos aprendizajes, sino que la llevó a conocer a quien hoy en día es su esposo. “Él es mi principal apoyo, mi fortaleza en esta aventura de Maika”, dice.

En su tránsito por esa empresa fue donde descubrió poco a poco la pasión que sentía por el diseño. Por eso, cuando tomó la decisión de convertirse en una emprendedora, comenzó haciendo cursos, talleres e incluso seguir tutoriales por internet para poder plasmar lo que tenía en su cabeza.

Cuando ya había dominado la técnica se propuso realizar piezas de edición limitada, para que sus clientas se sintieran únicas y especiales; asimismo, que pudiera asegurar la trazabilidad de los materiales utilizados para hacer la joya, por eso trabaja con pocos proveedores en quienes confía y que le permiten asegurar que ninguna pieza de Maika está conectada con la minería ilegal.

Joyas que desvelan

Elaine reconoce la exigencia que le ha supuesto convertirse en diseñadora de joyas y empresaria: “trabajo cada noche hasta las dos de la mañana, me debo encargar desde la compra, los insumos, el análisis de piezas, la fotografía, publicación, atender las redes sociales… ¡todo!”, pero no lo cambiaría por volver a una oficina, “me mantiene en mi punto sano de estrés, de felicidad, de relajo”, añade sonriendo.

En el proceso de elaboración de cada pieza, la arequipeña pone esa sistematización y cuidado por el detalle que trajo al mundo de las joyas desde su formación profesional. “Dentro de mis limitaciones en el dibujo, primero hago un boceto de lo que quiero, luego muestras en cobre, para ver tamaños, proporciones, que tan rígido puede quedar y todo; de ahí pruebas geométricas y cuando ya tengo acabado el esquema de la pieza, entonces decido cómo adornarlas, cómo se ensamblarán y cuáles serán los colores en los que trabajaré”.

Con ese proceso, resulta una pieza final con cuatro variantes cromáticas. A la fecha suma 1900. “Sigo tendencias y trato de acoplarlas. Son piezas con detalles que puedan ser para momentos casuales o para momentos mucho más formales”, señala.

Aunque tiene un mercado consolidado en Arequipa y uno cada vez más amplio en Lima, la diseñadora quiere que su producto se conozca por toda la extensión de Perú y el próximo año piensa dar el salto al extranjero. “Quiero probar suerte en Estados Unidos y Canadá, donde lo hecho a mano se valora mucho”. También espera ampliar su equipo de trabajo y delegar funciones para concentrarse en lo que más le gusta, convertir piedras y metales en experiencias únicas para las mujeres.

Elaine Guerra y Maika estarán en nuestro showroom Rise&Shine, el 30 de noviembre, 1 y 2 de diciembre en The Office Centro de Negocios, Avenida Alberto del Campo 411, Of. 1202. ¡No te lo pierdas!